Después de casi cuatro años y con una pandemia de por medio, el grupo vuelve con su segundo trabajo de estudio, en donde suben la intensidad, apostando por un sonido más funk y manteniendo el sentimentalismo que los identifica.

Después de casi cuatro años y con una pandemia de por medio, el grupo vuelve con su segundo trabajo de estudio, en donde suben la intensidad, apostando por un sonido más funk y manteniendo el sentimentalismo que los identifica.


Si la música nacional necesitaba una alegría era esta. La vuelta de Nafta se festejó en toda la escena, en donde el grupo soul con tan solo un disco marcó un sonido y una estética propia. Ya que luego de sacar su disco homónimo en 2019, sufrir un parate en el medio por la pandemia y después poder girar su disco por todo el país -incluyendo un Gran Rex-, la banda lanzó Nafta II, un álbum que sube la intensidad a diferencia de su anterior trabajo, el cual mezcla el soul, funk, r&b y hip hop, pero sin perder su esencia, reconociendo el sonido propio que lograron construir y con letras que interpelan los sentimientos de cualquier persona que los escucha.

El disco abre con “A salvo”, un tema que comienza casi como una continuación de “Y el mundo sigue andando” -canción que cierra su anterior trabajo-, con su soul característico, pero enseguida apareciendo una línea de bajo bien marcada, haciendo énfasis en el groove, unas guitarras que le ponen los tintes funk que pide la canción y mostrando por donde va el sonido del resto del disco. Los arreglos de cuerdas son lo que terminan de coronar a una composición compleja y hermosa a la vez. 

En cuanto a las letras, la banda sigue apostando por ese sentimentalismo característico que tienen, plasmando un concepto entero pero dividido en varios capítulos. Ya en “A salvo” hablan de ese amor en el que uno encuentra un espacio seguro y confortable. Ese sitio en el cual no se puede explicar esa sensación, pero que uno no se quiere ir. “¿A salvo de qué? No sé/ no tengo un miedo específico / es como un alivio físico y psíquico/ esto que siento”, esboza el grupo. 

En “Hasta que vas”, el grupo va oscilando entre un ritmo de hip hop y r&b, en donde todavía habla de esa felicidad en pareja, pero anticipando que eso puede terminar, teniendo esa sensación de alivio que puede terminarse en cualquier momento. Y en “Andate”, es un grito de guerra, lo que era amor ya no lo es. Esa sensación quedó sólo en nostalgia y decepción. La guitarra acústica es la que guía toda la canción, con arreglos de teclados magistrales y una transición de voces que se une a las cuerdas para terminar de desatar la locura

Ya para “Un milagro”, explota el neo-soul con el r&b, teniendo las voces de Abril Olivera y An Espil como un coro casi eclesiástico, y en donde las emociones se mezclan. Es la lucha interna entre la nostalgia de algo que fue y el anhelo por lo que vendrá. En cuanto a “Monumento”, se resume fácil: soul y amor por una madre. Nafta regaló la canción perfecta para poder dedicarle a una mamá, con una letra que poco a poco te va llenando de lágrimas los ojos. El pase de guitarra, llegando al cierre, le da el final perfecto a un tema conmovedor.

Amor por una madre, por una pareja y si algo le faltaba agregar a la banda es una de amor por los hijos, donde “A mi lado” relata lo que han y tienen que atravesar los padres solteros. Los cuales no importa cuanto rehagan su vida, siempre van a remarcar que la prioridad la van a tener sus hijos. Para su sonido sigue la línea de “Monumento”, con un soul viajero y un final con un arreglo de cuerdas que te hace emocionar hasta la última fibra del cuerpo.

“Duele” en cambio, retoma lo que dejo “Andate”, ya hablando de una etapa de superación, de aceptar que lo mejor para preservar el amor por alguien es separarse. Pero que a pesar de que es lo correcto, duele y nunca dejará de doler. La voz de Magãmo genera esa sensación de tristeza, pero dejando lugar a esa luz de esperanza de que mañana es mejor. 

“La vida que soñé” combina hip hop con jazz, con unos solos de saxo mágicos y los sintetizadores explotando todo. Y por las dudas, si no quedaba claro las influencias de ritmos más urbanos que tiene Nafta, te tira un tema como “El tren”, con una base casi de trap se podría decir. Y siendo una de las canciones que cumplen una función casi de intervalo adentro del disco. El funk y el baile quedo guardado para “Quiero verte”, uno de los cortes del álbum y, en donde con una línea de bajo casi descontrolada, muestran un ritmo bailable y potente a la vez. Con una aparición estelar de nuevo del saxo, completando la obra con unos solos alucinantes.

“Mejor” es un intervalo instrumental para ya ir cerrando el disco y para preparar el ambiente para “Perderte”, el último tema. El cual, como en su anterior álbum, muestra como canción a canción Nafta fue despojándose de todo, para terminar de la forma más minimalista y simple posible. Todo este álbum, al igual que su primer disco, estuvo acompañado por un mediometraje dirigido por Pablo Rojzman, en el cual con videos simples y concisos expresan a la perfección el concepto de cada canción.

Así, Nafta vuelve a mostrar porque su influencia en la escena actual es tan importante, convirtiéndose en poco tiempo en uno de los grupos más influyentes. La mezcla de voces de Magãmo, An Espil y Abril Olivera, más la solidez de Simón Grunblatt, Brian Vainberg, Toni Sanchez, Manquel “Tito” lo Presti, Guillermo Willy Avender y Agus Ruiz Panelo son la combinación perfecta para lograr el resultado excelso que es Nafta II.

Ahora el grupo anunció la gira de presentación en la cual pasaran por las ciudades de La Plata, Neuquen, Bahía Blanca, Mar del Plata, Córdoba, Rosario y una fecha por anunciar en CABA, el cual podría significar ser el show más grande del grupo hasta el momento.


Podés escuchar Nafta II y más lanzamientos del 2023 en nuestra playlist de Spotify.