Jimmy Club presentó su más reciente disco en el ex Galpón 11 junto a Mati en el Instante y Bifes con Ensalada. El proyecto rosarino deslumbró al público con la potencia de su sonido en vivo, con canciones que explora la angustia, la incertidumbre y la esperanza de un mundo atravesado por la catástrofe.
Julio suele estar marcado irrefrenablemente por la oscuridad del invierno, las noches largas y las oportunidades de encontrarse con amigos en algún que otro rincón de la ciudad para paliar la tristeza de la estación. Este año, -atípico-, fueron muy pocos los días donde pudimos experimentar el clima habitual del invierno litoraleño, aunque los encuentros en las fechas siguen intactos.
Sábado coincidió con el primer día del mes y la exacta mitad del 2023, una mitad de año que fue intensa y repleta de emociones. La apertura de puertas estaba prevista para las 21hs, cosa que permitía visitar los puestos de las y los feriantes que fueron invitados a estar presentes en tan importante noche. Stickers, fanzines, libros, discos, cassettes, todo estaba reluciente sobre las mesas de los stands mientras la gente charlaba sobre ellos.
Matías Suleiman a.k.a Mati en el Instante fue el encargado de recibir al público. Mientras los músicos que lo acompañaban tomaban sus respectivos puestos, un audio emulando el abordaje de un avión recibía a los presentes, cosa que se iría repitiendo a lo largo del show como si de indicaciones de una azafata se tratara. El formato de Mati se caracteriza por ser intimista, donde la lírica es clave para conectarse con la canción. Durante su presentación, Mati repasó algunas de sus composiciones más queridas como “Ya lo sé”, “Si te vas”, “Otra vez todo” y “Estuario”. Algunas de estas forman parte de 0037, EP publicado a principios de 2021. También adelantó algo de lo que será su próximo disco.
Bien pasadas las 23 hs fue el turno de Bifes con Ensalada, proyecto de Agustín Reyna. El músico abrió con “Lienzo”, tema incluido en su sesión Broda, seguido de “Jam”. El artista se adueñó dramáticamente del escenario, demostrando su versatilidad a la hora de ejecutar su canto y llegando a notas particularmente agudas. El público supo acompañarlo mientras repasaba algunas de las piezas que están publicadas en plataformas digitales como “Ya explotó”, “Hueso marfil” y “Mirad”, pero también dejando claro que le vienen siguiendo la pista y que se fueron aprendiendo temas que solo toca en los vivos.
Después de la medianoche llegó el turno de Jimmy Club. Entre sombras, los miembros del grupo salieron vestidos de traje en una evidentemente emulación de la tapa del disco. De pronto, luces rojas se encendieron y su vocalista, Martín Miguez, dió la bienvenida a los presentes.
La banda lanzó Canciones para fantasmas a principios de junio junto a una efectiva estrategia de difusión mediante afiches con códigos QR pegados por toda la ciudad, además de las formas tradicionales como notas y entrevistas en medios amigos o las redes sociales. Esto les permitió llegar a una audiencia local un poco más amplia que los saca de su histórico nicho.
Ustedes se preguntarán qué tiene que ver este dato con una crónica de una presentación en vivo. Tiene todo que ver. Canciones para fantasmas es el tercer álbum de estudio de los rosarinos, un trabajo conceptual de “pop vintage” que explora las angustias, la incertidumbre y necesidad de sentir esperanzas en un mundo atravesado por la catástrofe mediante frases recitadas, tonos de voz tan bajos como susurros e incluso gritos cuando más aparece la urgencia por transmitir esa mezcla de sensaciones.
Todos estos elementos fueron puestos en juego durante la presentación en vivo. A medida que iban repasando uno a uno los capítulos de esta historia se fue dando una suerte de simbiosis catártica entre el público y los Jimmy Club. Un frenesí eufórico que condensaba la necesidad de desprenderse de toda esa soledad y angustia que vivimos, esa sed de volver a vernos y abrazarnos, de cantar a los gritos, de emocionarnos hasta las lágrimas.
Tras interpretar “La esfinge”, Miguez se tomó unos momentos para agradecer a todas aquellas peronas que acompañaron el largo proceso de tres años que tomo realizar el disco de una otra forma. Desde los que estuvieron involucrados en el trabajo concreto de materializarlo hasta los que lo escucharon, difundieron y que esa noche estuvieron presentes.
Canciones para Fantasmas representa una bisagra para Jimmy Club no solo por la maduración de su sonido, también resulta una suerte de resignificación del proyecto en sí mismo permitiendoles justamente ser mucho más creativos a la hora de derribar muros y construir realidades.